La torta, todo el sabor del mexicano
La torta es uno de los platillos típicos callejeros mexicano. Y con un sinfín de combinaciones: la cubana, la de pierna, la de milanesa, la de jamón y queso, la de chorizo con queso o la torta ahogada. Es cultura, es historia, es identidad de México. A diferencia del conocido sándwich, el bocadillo estadounidense, ya que es más que un snack que sacia el hambre.
Sus orígenes vienen de Puebla, antes de la invasión de Estados Unidos (1846-1848), dónde a alguien se le ocurrió abrir un bolillo y variados ingredientes en su interior. El escritor guanajuatense Jorge Ibargüengoitia hablo sobre ella en “La torta de Armando y otras tecnologías”, un artículo publicado en el periódico Excélsior de 1972.
“La torta de Armando es una creación barroca en la que intervienen aproximadamente 25 elementos —entre los que se cuentan el filo del cuchillo y la habilidad del operador para rebanar la lechuga— en un orden riguroso. Si se altera el orden —por ejemplo, si se pone primero el chipotle y después el queso— o si la calidad de alguno de los elementos falla —que el aguacate sea pagua— lo que se come uno, en vez de ser es torta compuesta, es un desastre”.
Las tortas, el gran invento de Don Armando
En el año 1892, Don Armando, un hombre humilde, montó un puesto donde vendía bolillos rellenos. Dichos rellenos llegaron a muchas variedades como el jamón de pierna, el queso de puerco y las sardinas. Se conoce que entre sus clientes se encontraban Agustín Lara, Cantinflas, Francisco I. Madero. Entre otras muchas personalidades que no se resistieron al sabor de dicho manjar.
La torta es considerada por la National Geographic como uno de los grandes inventos del siglo XX. Y llegó a internacionalizarse gracias al programa del Chavo del 8. Este dio a conocer y antojar a su público con las tortas de jamón, su plato favorito.
La torta, como la gran mayoría de nuestra gastronomía, llegó para cambiar nuestra cultura y ser reconocidos a nivel mundial.