La carretera sigue llevándose a seres queridos cada día.
Se ha develado que el 42,1% de los conductores fallecidos en accidentes son principalmente por consumir alcohol, drogas o psicofármacos. Cuando tu vida cambia por dos copitas, también cambian radicalmente historias de familias que quedan rotas para siempre.
La tuitera y periodista María Ángeles González ha contado en las redes una de esas duras historias, la suya. La historia del día que su vida “se quedó en la carretera”: cuando su padre falleció en un accidente de tráfico contra “un asesino” que circulaba “drogado y bebido”. Después de leer esto, es momento de que dejes esta bebida alcohólica.
Un hilo que se ha hecho viral y que han compartido más de 17.000 personas en Twitter.
González confiesa que 23 años después aún no lo ha superado y explica que ha compartido su experiencia “leer esto sirve para que veas como cambia tu vida por dos copitas.
Checa aquí la historia:
Tú, que te has tomado “dos copitas” y vas a coger el coche “porque yo controlo”, dedica unos minutos a leer esto.
MI VIDA EN EL ASFALTO
Acabo de cumplir 40 años, pero hoy vuelvo a tener 17. Porque aquel 23 de julio de 1995 mi vida se quedó en la carretera,— MªÁngeles González (@Mangelesglez) July 22, 2018
junto al cuerpo inerte de mi padre. Ese día todo cambió. “Haz las maletas que nos vamos al pueblo”. Recuerdo la frase de mi tía, con voz firme y la mirada perdida. “¿Qué pasa?, ¿qué pasa?”. Silencio. “Haz las maletas”. Nada más.
— MªÁngeles González (@Mangelesglez) July 22, 2018
Ante mi insistencia, la explicación: “Tu padre ha tenido un accidente”. “Pero, pero…¿en el trabajo?, ¿cómo está?, ¿qué le ha pasado?”. Las preguntas se agolpaban. “En la carretera, volviendo de la boda ”. “¿Y cómo está?, ¿y mi madre?, ¿y mi hermano?”.
— MªÁngeles González (@Mangelesglez) July 22, 2018
“ Tu hermano está bien, tu madre regular y tu padre es el que está más grave”. Más silencio. Cientos de kilómetros en coche hasta llegar al pueblo. Un largo viaje sabiendo la verdad. No hacían falta las palabras. La mirada y las lágrimas de mi tía lo decían todo.
— MªÁngeles González (@Mangelesglez) July 22, 2018
Al llegar, un abrazo delatador: “¡Qué lástima, qué lástima!”. Ya no me quedaban esperanzas. En la habitación del hospital, mi hermano. A su lado, mi madre, irreconocible, parecía un monstruo, deformada por las heridas y los cristales clavados en la cara y en los ojos.
— MªÁngeles González (@Mangelesglez) July 22, 2018
Volví a preguntar por mi padre, esperando un milagro. Pero mi madre, poseída por los calmantes, con una tranquilidad pasmosa que entonces llegó a molestarme, me dio el golpe más grande de mi vida: "¿Tú no sabes que a tu padre lo entierran esta tarde?"
— MªÁngeles González (@Mangelesglez) July 22, 2018
Mi mente y mi cuerpo no pudieron soportarlo y me desplomé. "Tienes que ser fuerte, que tu madre está muy grave y no puede verte mal". Yo era una niña, una niña…y tuve que crecer de golpe, no me quedó más remedio. Pero cuando recuerdo esos días me vuelvo pequeñita.
— MªÁngeles González (@Mangelesglez) July 22, 2018
No lo he superado ni creo que lo haga nunca. Y no he perdonado al asesino que drogado y bebido se subió a un coche y mató a mi padre. Ni a sus cuatro acompañantes. No puedo. En aquella carretera se rompieron para siempre cuatro familias.
— MªÁngeles González (@Mangelesglez) July 22, 2018
Más allá de las frías cifras hay historias muy dolorosas. Que no se olvide. Si leer esto sirve para que te lo pienses antes de subirte a un coche con unas copitas, me doy por satisfecha. Puedes RT. Gracias.
— MªÁngeles González (@Mangelesglez) July 22, 2018